«La risa es la distancia más corta entre dos personas» decían por ahí, «y si tu marca está a mitad de camino, mejor», decimos por aquí. El humor bien empleado puede ayudar a tu marca a ganar puntos y destacar entre la multitud. ¿Qué claves hay que tener en cuenta? Humor en redes sociales para ganar amigos y desarmar enemigos
Por Rosario Parreño.
¿Por qué usar humor en publicidad?
El humor es humor porque rompe esquemas: es un puzzle en el que falta una pieza y la que te dan no termina de encajar como te esperabas. Ah, pero te sorprende, te saca una sonrisa y hasta te puede hacer reír. Por eso, llama la atención y entretiene a la audiencia.
Y, como pieza, es una más de toda la comunicación de marca, que contribuye a crear personalidad, generar simpatía y mejorar su reputación al asociar buenos sentimientos con tu marca o producto. Además, facilita el recuerdo de la marca, ¿quién no se acuerda de los anuncios de la tele que le hicieron reír hace más de 10 años?
Por otro lado, cuando una marca sabe hacer humor sobre sí misma y demuestra cierta perspicacia, muestra su lado humano y cercano. Sabiendo que el 80% de las decisiones de compra están basadas en las emociones, estos factores solo pueden jugar a tu favor.
Claves para empezar a usar el humor en publicidad
Salvo contadas excepciones en las que el tipo de humor se desmarca (no pun intended) de la marca misma, el tono humorístico debe estar alineado con el resto de la comunicación. Desde un tono más simpático y blanco hasta el más atrevido y sarcástico, se puede demostrar ingenio y conectar con tu audiencia.
A la hora de crear contenido, necesitamos una estructura: una premisa y un giro inesperado. Para el humor visual, podemos echar mano de gifs y memes para los que existen plantillas. Estos, en especial, sirven para echar mano de referencias culturales (actuales o clásicas) que compartas con el público y que te permitan crear un vínculo más sólido.
Tanto en imágenes y vídeos como en copy, se pueden emplear distintos recursos estilísticos como la comparación, hipérbole, oposición, metáfora, calambur, personificación, doble sentido o juegos de palabras.
Recuerda que: El chiste por el chiste no vale. Si es divertido, pero no muestra las ventajas de tu producto ni transmite el valor de tu marca no está cumpliendo su objetivo. En otras palabras, el humor no puede eclipsar el mensaje.
A la hora de la verdad…
La tendencia apareció… y voló
Cuando creas contenido diario para redes sociales, aunque tengas un calendario preparado de antemano, siempre conviene estar al día de las novedades porque las tendencias vuelan. La moda cambia a cada segundo y puede que para cuando se te haya ocurrido una idea ingeniosa la conversación ya haya cambiado.
Very mindful, very demure
El público es cada vez más consciente de las estrategias publicitarias y, sobre todo las generaciones más jóvenes, se huelen la tostada enseguida. Si decides unirte a una tendencia, hay que procurar no apropiarse de ello para vender de manera muy obvia. En resumen, intenta no convertirte en esto:
Esto es un inglés, un francés y un español…
¿Qué pasa si recibes una campaña ya preparada porque tu marca es internacional? Si contiene elementos humorísticos, hay que tener en cuenta los elementos visuales y textuales y sus significados. Si bien hay palabras e imágenes más globales, puede que escondan referencias culturales o expresiones que convenga cambiar por otras equivalentes a nivel local.
Ojo con meterse en fregaos
Puede que en el amor y en la guerra todo valga, pero en publicidad, no. Hay temas que son terreno pantanoso, dícese de: política, religión, estereotipos culturales, minorías étnicas, orientación sexual, género… ¿Te pueden cancelar por un chiste? No. ¿Puedes perder seguidores por demostrar insensibilidad? Por supuesto. Aparte de comprometer tu mensaje, no le estarás haciendo ningún favor a la reputación de tu marca.
En conclusión, una vez encuentres el tono humorístico ideal para tu marca y vayas probando distintas técnicas con el lenguaje y el diseño, podrás dar rienda suelta a tu imaginación y divertirte (¿por qué no?) a la vez que llevas tu marca a todo el mundo.