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Creatividad

El copywriting está cambiando. Pero ¿para bien o para mal?

El copywriting ya no es lo que era. Sí, suelto la frase boomer, pero es verdad. El lenguaje evoluciona. Si no fuera así, todavía hablaríamos como Don Quijote de la Mancha. Y ahora todo está cambiando. Y se nota, sobre todo, en cómo comunicamos.

 

¿Notas que esto se lee más fácil?

 

Frases cortas.

Con ritmo.

Con pausas.

Pues eso.

 

Contar historias sigue siendo clave, pero ya nadie se queda a escucharlas si tardas más de tres segundos en empezar. Vivimos con el pulgar preparado para hacer scroll. Y todo lo que no impacta, desaparece.

 

La publicidad siempre ha sido un espejo de la sociedad, y la nuestra vive con prisa. La gente ya no tiene paciencia para bloques de texto, y si no captas su atención al instante, se van. Ya no escuchamos canciones de diez minutos. Ni de cinco. Y si me pongo un poco romántica, pasa lo mismo en el amor. En Tinder, una bio con la palabra equivocada puede costarte tu alma gemela. Swipe y adiós.

 

El hecho es que, si no captas la atención en segundos, estás fuera. Internet ha transformado cómo consumimos las cosas, nos ha obligado a ser más rápidos, más estratégicos y más creativos. En un mundo donde hay sobrecarga de información, menos es más. Y eso mismo le pasa al copywriting.

imagen interior carta

¿Y cómo sucedió todo esto? Bueno, Twitter (sí, X, pero dejadme ser nostálgica) nos entrenó a escribir en 140 caracteres. Los hashtags enseñaron a etiquetar el contenido en pocas palabras, y ahora incluso son parte del mensaje, donde algunas campañas hacen de su concepto, un hashtag. Y TikTok lo ha revolucionado todo. Una de las primeras lecciones que nos ha enseñado es que los consumidores no tienen tiempo. En esta plataforma, el tiempo es oro y el espectador, impaciente.

 

El resultado es que el copywriting actual es una especie de haiku publicitario.

Pocas palabras.

Mucha intención.

 

Entonces, ¿cómo se escribe hoy?

Pues escribiendo como se habla.

Cortando lo que sobra.

Empezando fuerte.

Terminando mejor.

Y siendo parte de la conversación.

 

Porque en un mundo de ruido constante, escribir bien no es escribir más. Es decir lo justo, en el momento justo.

Está claro que el copywriting seguirá evolucionando. Pero ¿para bien o para mal? Habrá que ver lo que sucede. Yo de momento seguiré escribiendo, para los pocos que encuentren tiempo para leerme.