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Creatividad

Escribir a mano en la era digital

El mundo actual está cada vez más digitalizado, y sí, esto no es ningún spoiler. Vivimos en una sociedad donde las pantallas han sustituido las páginas de papel y las teclas han reemplazado al bolígrafo. Sin embargo, a pesar de la vorágine tecnológica en la que estamos inmersos, la escritura a mano, un ejercicio aparentemente anticuado, sigue siendo un hábito con beneficios únicos para nuestra mente y nuestra forma de comunicarnos.

Si hablamos del aspecto neurocientífico, escribir a mano no es solo una forma de plasmar ideas; este acto activa numerosas áreas del cerebro. El proceso de formar cada letra y coordinar los movimientos precisos de los dedos involucra zonas motoras, sensoriales y de memoria que nos ayudan a procesar mejor lo que escribimos. Según un estudio realizado por Princeton University y UCLA, escribir a mano mejora significativamente la retención de información y la comprensión. Los participantes que tomaron notas a mano, en lugar de teclear, demostraron una mejor capacidad para procesar y recordar la información, ya que el proceso de escritura manual obliga a organizar y sintetizar las ideas de forma más efectiva. Por el contrario, teclear no requiere tanta atención ni compromiso, lo que puede disminuir la retención de información. Por ejemplo, tomar apuntes a mano, escribir una redacción o anotar pensamientos fomenta una mayor fluidez de ideas, además de mejorar nuestra capacidad de recordar.

 

Tomar apuntes a mano, escribir una redacción o anotar pensamientos fomenta una mayor fluidez de ideas, además de mejorar nuestra capacidad de recordar.

 

El acto grafomotriz nos invita a desacelerar. Frente a la inmediatez del teclado —donde las palabras se borran con un clic, las ideas se dispersan entre múltiples pestañas abiertas y los pensamientos terminan perdidos en el sinfín de notas digitales—, el papel nos ofrece algo único: tiempo. Tiempo para pensar, reflexionar, equivocarse y corregir con un simple tachón. Este ritmo pausado no solo nos conecta con nuestras palabras, sino también con nuestras emociones.

Además, escribir a mano nos devuelve la creatividad sin restricciones. En el papel, las palabras pueden mezclarse con algún dibujo que no sabes ni en qué momento has hecho, esquemas o tipografías variadas, sin reglas automáticas ni necesidad de párrafos perfectos. Es un espacio libre, quizás caótico, pero profundamenteEscribir a mano en la era digital auténtico.

Y recuerda que, en una era donde todo es efímero y digital, el post-it en la nevera con lo que te falta por comprar o un «te quiero» antes de ir a trabajar, permanece.